A pesar de haber sufrido altos costos por ensañarse en contra de RCTV y de la libertad de expresión, ahora Chávez amenaza con juzgar a nuestro más refinado e inteligente humorista: Laureano Márquez. ¿Por qué? Porque Laureano lleva once años diciendo la verdad sobre este régimen, revistiéndola de humor y chispa criolla, lo cual la hace calar con más hondura en los corazones de quienes luchamos por una Venezuela sin Esteban.
Esta situación demuestra una vez más que la verdad es el arma más poderosa para pulverizar a un régimen totalitario. Laureano, al igual que RCTV, son símbolos de la dignidad de la palabra libre. Ésta deriva derechamente de la dignidad de la conciencia. Es su máxima expresión. El contenido de la palabra libre es el contenido de la conciencia, que se comunica, que se manifiesta fuera de la propia interioridad. Ello implica un proceso radicalmente humano que está en la base de la convivencia política: a través de la palabra libre vertemos sobre otros lo que nuestra conciencia señala en relación con lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, lo justo y lo injusto. Con la palabra libre comienza el dialogo interpersonal para compartir el bien del cual gozamos o el mal que padecemos.
En nuestro caso la palabra libre es el conducto para hacer patente que este régimen es totalitario, que pretende el control absoluto de todas las esferas de la vida de los venezolanos, que se sostiene por la mentira, la violencia y el miedo y que ha destruido el país hasta niveles insospechados. O dicho de otro modo: la palabra libre nos permite a los venezolanos gritar con Laureano una verdad evidente para todos, incluso para los chavistas: que Chávez es la mayor fuente de nuestros males presentes y, por lo tanto, debe irse ya, debe abandonar el poder sin demoras.
Pero lo más importante es que Laureano nos enseña que al totalitarismo se le derrota afirmando la dimensión espiritual de la persona humana. El totalitarismo es un intento de aniquilar la espiritualidad del hombre. Por eso el camino para derrotarlo es, precisamente, la exaltación del espíritu. Ello supone una disposición a sobrellevar el sufrimiento infringido por la brutalidad del poder. La dignidad de la palabra libre se acrecienta con la resistencia al mal. A Laureano lo podrán encerrar en un calabozo pero no mudarán su conciencia ni destruirán el resplandor de su palabra libre. Cuando se le preguntó por Twitter si tenía miedo, respondió: “Sí. Pero lo aguanto como Jesucristo, que tuvo miedo y dijo: Abba Pater, hágase tu voluntad”. Respuesta preñada de magnanimidad, reflejo de su finura interior. Allí está la clave para actuar según la conciencia y comprender que el sufrimiento causado por Chávez nos puede ganar méritos para la eternidad. Ése es el sentido de la frase “La verdad os hará libres”, que nos enseñó nuestro Señor Jesucristo. Ésa es la senda para una Venezuela sin Esteban.
jmmfuma@gmail.com
Twitter: @JuanMMatheus
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